ESTA CRISIS NO ES PARA MÍ

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ESTA CRISIS NO ES PARA MÍ

Publicado 23 junio, 2011

Jorge Beschinsky (Director General en TORRAVAL Cooling,S.L.)

 

No sé si les ha pasado a ustedes, pero más de una vez, desde que ha empezado esta crisis que tengo que pararme detenidamente más de una vez para ver cómo hay una serie de personas que han estado, están y creen que estarán a salvo “por los siglos de los siglos”.

 

Desde esos funcionarios que siguen tomándose cafés de dos horas (una minoría gracias a Dios) hasta ese trabajador con mucha antigüedad que se cree al resguardo de cualquier tormenta sea cual fuere su magnitud e intensidad. Parecen ajenos a los EREs, los incontables cierres o lo que es peor, a la cantidad de empresas que se desvanecen, desaparecen o incluso quedan abiertas sin dineros en las arcas y sus trabajadores prisioneros de un sistema que, en caso de abandonar les aboca a perder cualquier derecho de reclamación.

 

Esos trabajadores, ajenos de la que está cayendo (y de la que queda por caer) no entienden que lo que sus empresas necesitan es el mayor de sus esfuerzos y lo mejor de sus capacidades, con el fin de mantenerse (que hoy en día no es poco) y de prepararse para salir de la tormenta sin demasiados desperfectos estructurales. No dejo de preguntarme si esos mismos trabajadores no son conscientes de lo frágil de su postura y situación, de lo expuestos que están a elementos exógenos que pueden afectarles de forma más que negativa. Desde una subida el Euribor que le suponga pagar 200€ más de hipoteca, hasta el incremento del diferencial de la deuda que hace que el dinero para su empresa se convierta en un bien escaso que la fuerce a aligerar lastre e incluso cerrar.

 

Por mucho que tenga un buen sueldo, su empresa puede rescindir el contrato por causas económicas y su indemnización será, en el mejor de los casos de un año de salario. ¿Dónde vas con un año de salario? La clase trabajadora está, más que nunca, llevada al abismo de la precariedad y no por los contratos basura, ni por los salarios bajos, ni por la avidez de los empresarios: NO. No hablamos de lucha de clases, ni de nada similar, hablamos de una crisis que ha afectado gravemente a “todo el mundo”: desde el directivo que ha sido despedido (cuidado que si hay contrato de alta dirección no hay paro y la indemnización es mínima) hasta el peón. La crisis ha sido más democrática de lo que se piensan muchos. Conozco muchos empresarios que se han descapitalizado (a nivel personal) para mantener a flote sus empresas ante el conocido “cierre de grifos” de la banca. Ni todos los trabajadores son santos ni todos los directivos y empresarios ogros.

 

Lo que si censuro es esa clase trabajadora que dice “esto no va conmigo” y sigo a mi ritmo como si nada, de igual forma que censuro al directivo y empresario que no explica a sus colaboradores como les afecta y como tienen pensado hacer para salir adelante. Hace poco, charlando con una persona con grandes sensibilidades sociales, éste me decía que él trabajaba como siempre y que si la empresa no facturaba lo mismo o no ganaba, que no era cosa suya. Esa visión me produjo tanto escalofrío como la de un empresario de mi ciudad que me dijo que aguantaría mientras que la empresa aguantase, pero que él no tenía porqué poner un euro más, ni siquiera tenía porqué romperse la cabeza ya que no era culpa suya y que el ya tenía bastante para vivir por el resto de sus días.

 

¿Son ustedes de los que creen que “esta crisis no es para mí”? O ¿Están ustedes dando lo mejor de sí mismos para sacar a su empresa adelante? Les adelanto que su decisión no garantiza resultado alguno ya que optando por la primera opción pueden tener suerte y seguir como siempre mientras ven desmoronarse un sistema que se lleva por delante a millones de puestos de trabajo; por otra parte, debido a que la globalización nos expone, como país, como empresa y como persona de forma mucho más evidente, pueden ustedes fracasar en el intento. No obstante creo que sus conciencias estarán más tranquilas (habrán hecho lo mejor posible) y habrán hecho un esfuerzo que nadie les podrá negar. “A ustedes les toca escoger”.