Ni perezosos ni improductivos

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Ni perezosos ni improductivos

Publicado 16 junio, 2011

Tras las declaraciones de distintos mandatarios europeos, especialmente de la canciller alemana Merkel, poniendo en duda la productividad de los trabajadores españoles, nos ha parecido interesante publicar un extracto del artículo aparecido en el diario El País de 17 de Febrero, escrito por el que fuera Ministro de Economía y Hacienda entre 1982 y 1985, Miguel Boyer.

“…Un elemento fundamental para crear empleo ha salido a la palestra en los últimos días, toscamente, por boca de la canciller Merkel. La clave no es la relación entre los salarios y la inflación, sino la relación entre la productividad por trabajador y el salario real, esto es, el salario dividido por el deflector del PIB. La teoría económica y una amplia experiencia de la economía española demuestran que cuando la productividad es superior al salario real crece el empleo, y si es inferior, el empleo se estanca o decrece.

Aunque son grandes las dificultades económicas que estamos soportando, por el desplome de la construcción, su repercusión financiera y la caída del empleo, mi perspectiva es optimista. La solidez de la economía española es mucho mayor de la que presentan los analistas superficiales, los catastrofistas natos y especuladores que apuestan al desastre.

Es inaudito que un premio Nobel como Robert Lucas -cabeza de la escuela anti-keynesiana de Estados Unidos-, visite Madrid, y en una entrevista, afirme que España tiene un PIB per cápita un 20% menos que la media de la Unión Europea, y que los españoles trabajamos pocas horas.

Solo con tomarse la molestia de echar un vistazo al Statistical Annex del Eurostat o las series temporales del Conference Board, se habría enterado de que el PIB per cápita español está por encima no solo de la media de la unión Europea, sino incluso del de Italia.

Respecto a lo segundo, un ocupado español trabaja un promedio de 1.654 horas al año, prácticamente igual al promedio americano, y más que Francia (1.554), Reino Unido (1.647) y Alemania (1.390).

Las ideas preconcebidas de los extranjeros que nos colgaron la denigrante sigla de “PIGS” y la tendencia castiza al pesimismo y la autoflagelación, dan por supuesto que el Gobierno español no ha hecho los deberes y, además, que los ciudadanos somos poco productivos. Pero la realidad fue que tuvimos superávit de las cuentas públicas antes de la crisis, cuando la media de la eurozona estaba en negativo. Entramos en la crisis con la menor deuda pública (53%), frente al 73% de Alemania, el 78% de Francia y el116% de Italia. Gracias a esa menor deuda, a pesar de la injusta subida de las primas de riesgo, el coste que pagamos en 2010 fue solo el 2% del PIB, frente al 2,4% de Alemania, el 2,6% de Francia y el 4,6% de Italia.

El tópico de la baja productividad de los trabajadores españoles es una generalización errónea del estancamiento que ésta tuvo en el período entre 1996 y 2002, dominado por la inmigración masiva y la ocupación en el inmobiliario. Pero el crecimiento del PIB por ocupado español fue más rápido que el de Alemania y el de Italia entre 1982-1993 y, de nuevo, entre 2004 y 2009.

Y en 2009, la productividad por ocupado española, estaba entre el de Alemania y el de Italia. En 2010, la productividad por asalariado fue del 2,4% en el conjunto de la economía y del 6,6% en la industria.

Si no fuera así, habría sido imposible el notable crecimiento de nuestras exportaciones, que fue en promedio del 5,4% entre 1981-1990 (igual que el de Alemania); del 10% en 1991-2000 (Alemania 6,4), y del 2,5% en 2001-2010, inferior al de Alemania (5,2%), pero superior a la media de la Eurozona (2,2%).

Es cierto que el hundimiento de la construcción es una losa que nos hace lento y penoso el camino, pero cuando en 2013 se recupere el nivel del PIB de 2008, comenzará un impulso nuevo y más sano, que demostrará que el dinamismo de la economía española no descansaba tanto como se creía en el ladrillo, sino en los servicios y la industria”.