Y que corra el atleta

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Y que corra el atleta

Publicado 13 diciembre, 2012

Antonio Miranda, Director de Panoramaindustrial.com

“La salud y la familia son las cosas más importantes. Todos los otros logros que consigas se acaban olvidando”. Esto me lo decía un amigo haciendo referencia a la renuncia de Óscar Madrid como Presidente de Comafe.

Óscar Madrid no ha dimitido por la presión del Consejo Rector de la cooperativa. Se maneja perfectamente cuando está presionado, es dialogante y sabe que nunca llueve a gusto de todos. Se planteó darle un vuelco a la entidad y lo ha hecho. No abandona, lo deja todo encarrilado en función de lo que opina la mayoría.

Él sabe perfectamente que todo el mundo no va a estar de acuerdo con las gestiones del equipo de trabajo que ha afrontado retos como la disolución de Ancofe, la creación de NCC, la incorporación de los socios de Cofedal a Comafe o los buenos resultados económicos de Comafe y ferrCash en 2012. Son tareas muy complicadas, controvertidas, que no gustan a todos, o no gusta cómo se han hecho algunas cosas.

Hay una minoría importante, con gran peso, que cuestiona estas acciones. Menos mal, si no hubiera voces discordantes sería aburrido y muy peligroso. ¿Se imaginan una empresa en la que absolutamente todos aplaudieran los retos de sus gestores?. Si los responsables se equivocan en el camino, todo se iría al garete.

Es esencial que haya minorías, y hay que pedirles que sean constructivas. Mediante el diálogo pueden acabar convirtiéndose en mayoría, o se puede acabar haciendo piña.

A mí no me gustan muchas decisiones que está tomando el Gobierno, personalizado en Mariano Rajoy, ni me gustan las medidas que toma el presidente del club de fútbol con el que simpatizo, y me repatea el tipo malhumorado que tengo como presidente en la comunidad de vecinos. Pero es lo que hay, han sido elegidos por mayoría.

Mi canción preferida de Javier Krahe se llama “Y que corra el atleta”. Cuenta la historia de un hombre que, cuando considera que ha hecho lo que tenía que hacer, abandona su trabajo en la oficina, cansado de correr detrás de todo, y se va a un pueblo con mar.

Óscar, como persona que te aprecia, me permito recomendarte que te vayas unos días a tu playa. Sabes mejor que nadie que, frente al mar, todo recobra el sentido.

Gracias a ti y a otro puñado de profesionales que estáis logrando que hablemos y escribamos sobre el futuro del ferretero.